Se casó Aníbal Tulian
Y hacia allá partimos. Diamante es nuestra meta. Cómo nos
íbamos a perder el acontecimiento del año en Diamante, qué digo Diamante, Entre
Ríos, qué digo....
Los Noveneros casi que al unísono llegamos sábado apenas
transcurrido el mediodía y nos juntamos para almorzar. ¿Almorzar? Debo
rectificarme, porque fuimos a ver qué nos ofrecían en la localidad de Crespo,
población cercana a Puigari.
Todo cerrado, la hora de la siesta es sagrada y ya había
pasado el mediodía, así que nos ofrecieron “lo que quedó”, pero todo con el
mejor de los ánimos.
Llegamos junto con los Tessaro, viendo cómo ubicarnos en
una mesa larga contra la pared a la cual ya estaban sentados los Bresso, los
Bonomi, los Mielni y los Peresón. Abrazos, risas, cuentos,etc. Hermoso día,
hermoso viaje y hermosa y cálida compañía.
Finalizado el rápido y frugal almuerzo, volvimos al hotel ubicado en
Puigari, para dedicarnos al obligado descanso, “para estar bien para la noche”,
en que volveríamos a juntarnos en la Iglesia local.
Alrededor de las ocho de la noche el hall del hotel se
enriqueció con las galas de nuestras coquetas esposas y porque no de los
varoncitos tambien, que a decir verdad estábamos relucientes.
Partimos a Diamante, en mi caso junto con los Bresso, ambos
desconociendo donde era la iglesia, pero confiando mutuamente en el sentido
intuitivo de sendos aviadores.-Escuchame anduvimos por todo el mundo no nos
vamos a venir a perder en Diamante...
Yendo en la ruta cruzábamos con Pocho miradas de ¡¿Dónde
m... es ésto?! Pero jamás íbamos a reconocer que nuestra orientación había
fallado. En eso vemos que a gran velocidad nos sobrepasa el auto de Rodolfo
Tessaro quien llevaba como acompañante al Indio Mielni.
–Estos están más
perdidos que nosotros-comentamos a dúo.
–Volvamos, que debemos habernos pasado.
Efectivamente nos habíamos pasado un par de kilómetros.
Como era de esperar, fuimos los primeros en llegar.¿Pero
será ésta la Iglesia? – Quedate tranqui que acá en Diamante debe ser la única.
Al rato llegó Aníbal el novio, luego su papá Julio y por allá vemos un bigote
blanco, muy blanco – era el Poliya Quijano.
Estábamos en el lugar correcto. Los
que llegaron, pero muy tarde fueron los veloces Rodolfo y Henry. Lo hicieron a
los aplausos finales, confesando que casi llegan a Paraná antes de darse cuenta
que se habían pasado de la entrada a Diamante.
Hermosa Iglesia, hermosa ceremonia, lindos los padrinos y
bárbaros los novios. Finalizada la ceremonia religiosa todavía nos faltaba
llegar a otro pueblo y de noche donde era la fiesta.
Ah, no Pocho quedate
tranquilo que para ésto tengo el GPS, así que munidos del genial aparatito
llegamos nuevamente primeriando.
Un salón muy grande que no alcanzaba para
contener la cantidad de comida, bebida e invitados, pero por sobre todo la
calidez de los Tulian.
Felicidades Aníbal y esposa. Gracias Mabel y Julio!!!! Nos
hicieron conocer Entre Ríos! Diamante, Crespo, Puigari, Aldea Protestante......,ja,ja