Mucho tiempo sin ir por la redacción. Mucho tiempo sin saber de mis compañeros de andanzas allá por los pagos de Pompeya.
Dados los innumerables problemas que pueden registrarse en una casa sin abrir por varios días, y más aún considerando los varios “vástagos de meretrices” que por allí circulan decidí recalar en el 42, línea bandera de ese barrio.
Llegando ya podía advertirse la tristeza que cundía por las calles dado el descenso del glorioso club del globito a la 1ª. B.
Cuando me arrimo por la panadería veo un cartel en la puerta: “Nos pincharon el globo, hoy ni atendemos, ni hacemos pan, ni nada”. Pero la puerta estaba abierta, así que entro y saludo al Gallego amigo-Hola Don Jesús, buen día. Será que no le quedó ni una medialuna?-pregunto por entablar algún diálogo. –Pero es que no has visto el cartel en la puerta? ¿Por ventura crees que la Santísima Señora de Pompeya me perdonaría si me ve trabajando con éste dolor de mis hermanos? – Ni se me ocurre tocar la harina, ya se lo he dicho a tus amigotes esos que vienen de vez en cuando. - El morocho me dijo que tu no lo perdonarías si no iba con medialunas al reinicio de actividades luego de unas vacaciones forzadas. ¿Qué os ha pasado? Escapan de la AFIP o perpetraron alguna tropelía? - le pregunté, y se me enojó, comenzó a hablar rápido e inentendiblemente de las virtudes ciudadanas de las que vosotros estáis adornados como caballeros cadetes de no sé que Liceo o algo así. –No se preocupe Don Jesús, no le voy a decir nada. -Yo a mis amigos los quiero mucho con o sin medialunas.- ¿Por casualidad no anduvo el otro un poco más bajito? - ¿Me preguntas por Don Gulli?- Ese mismo! – No me diga que también se está reincorporando, yo todavía no llegué por allí. – Ese no viene ni el mismo día del Señor de los Olivares! Y cuando viene protesta por los aumentos de precio! Ya lo estoy extrañando y mucho. A veces se queda por unos minutos a conversar conmigo y me cuenta de otros amigos que son sus jefes. Huy! Me dice cada cosa de ellos!!
Camino una cuadra y con inmensa alegría alcanzo a ver la vereda limpita, el postigo de madera abierto para que entre luz, escucho la radio encendida en Cadena tres, y no lo puedo creer. Allí están los dos! Néstor y el Gulli.-Vinimos tempranito como lo hacemos desde unos días atrás. – Ahora traemos vigilantes de la panadería de calle Goyena. -Los compro calentitos, ni bien sacados del horno, pero hasta llegar acá ya están duros, me dice Néstor.
Ja,Ja, risas, abrazos y alegría por el reencuentro. –Pasaron tantas cosas Flaco..-no me las cuentes todas de golpe, vamos de a poco y por favor nada de enfermedades, porque ya estamos viejitos y quien más, quien menos algún achaquecito ostenta.
Hablemos de los nietos, los míos son unos bandidos!- Dentro de poco te voy a dar una hermosa noticia- me dice Néstor. - No sé de qué puede tratarse pero celebremos desde ahora con unos buenos matienzos!!!
