Reviviendo las entradas en ésta Página Novenera me sorprendo al ver que hace tan poco brindábamos por un feliz 2009 y la Navidad se acerca nuevamente y parece que cada vez lo hace con más velocidad. Impetuosa, vehemente como alguna vez, en un pasado no muy lejano, fuimos nosotros los Noveneros. Pero Gracias a Dios que con su inmensa sabiduría nos permite; no ya dejar de lado la vehemencia, sino apreciar y disfrutar en toda su magnificencia la serenidad que nos dan los años. Y es justamente esa calma de la experiencia vivida por la que cada Navidad se hace presente como el momento ideal para reencontrarnos con nosotros mismos y con nuestros seres más queridos.
Los recuerdos aparecen cada vez más nítidos. Dicen los que saben que es porque vamos fortaleciendo la memoria lejana a la vez que se debilita la memoria reciente.¿Será eso cierto? ¿No será que se fortalece la memoria lejana ante un esfuerzo voluntario porque así sea? ¿O ambas cosas a la vez?
– Lo cierto es que nuestros afectos se amplian maravillosamente.
Un Novenero no es solo quien compartió momentos felices en la primera etapa de nuestra adolescencia.¡Un Novenero es un amigo!
Es Alguien de quien nos enorgullecemos cada vez que lo nombramos. Una persona muy especial en nuestras vidas. Un Novenero me comprende y se preocupa por mí ante mi preocupación y se alegra conmigo cuando algo feliz me acontece.
Aristóteles, en su “Ética a Nicómano” señala: “La amistad es en efecto una cierta virtud, o no se da sin virtud. Más aún, ella es lo más necesario para vivir. Pues sin amigos nadie elegiría vivir, aún cuando poseyese todos los otros bienes”
Pero éste pensamiento Aristotélico habla de la amistad en general. Yo creo que la amistad que existe entre nosotros es muy particular. Es la amistad que surge entre quienes hemos compartido todo durante un tiempo prolongado, es ese tipo especial de agradecimiento a quien en algún momento fue nuestro confidente, aquel que no tenía ninguna experiencia, pero que supo escuchar y acompañarnos para encontar la solución de ese problema que nos preocupaba. Aquel que nos llevó a compartir la calidez de su hogar cuando el mío estaba muy lejos y comprendió nuestra angustia de tener que estar otro fin de semana “privado por voluntad”.
Amigo mío ésta Navidad estaré pensando en vos.
Que Dios te Bendiga junto a tu familia.
Un gran abrazo!!!!
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