Diez de la mañana, silencio profundo en la redacción de Noveneros. Me pregunto qué pasará con los otros integrantes de la redacción. Ninguno aparece, trato de no preocuparme y pensar que debe ser algún apriete de orden gremial para ésta redacción, están tan de moda..., bueno, pero no ellos no serían capaces de una cosa así y más aún sabiendo cual es la situación financiera de Noveneros.
Once de la mañana, sigo solo, no responden los celulares ni del Negro ni del Gulli. En eso escucho “ uno, toc, uno,toc” y me acuerdo del cuentito ese del ciempiés con una pata de palo que al caminar producía un ruido “99,toc,99,toc”. –Debe ser alguien merodeando para pedir algún tipo de ayuda” – Está tan cerca la villa de los paraguayos...-Me digo a mí mismo. En eso escucho un golpe seco dado en la parte inferior de la puerta, otro, y otro más. –Eh, pará. ¿Te volviste loco? –alcanzo a decir. En eso la puerta se abre de golpe y con una gran sonrisa aparece bajo el marco nada menos que Néstor y con una pata enyesada!! – Qué te pasó querido amigo!? – Nada Juanca sólo una cuestión de la edad. – Me puse a hacer una quintita y en un pequeño salto se produjo la rotura del tendón de Aquiles. – Pero Don Néstor no te das cuenta que ya no estamos para hacer quintitas. Ahora hay que comer los productos de la quinta que hacen otros. –Ja,ja, mirá que salida tenés. Pero bueno, acá estoy pronto a poner el pié en alto y comenzar la labor diaria. Me imagino que no te comistes todas las medialunas, porque pasé por lo del Gallego y ya estaba cerrado. - De qué medialunas me hablás si el Gulli aún no apareció y yo pasé de largo para que no ocurra como la otra vez que compramos los tres y el Gallego casi se va de vacaciones con lo obtenido ese día de ganancias.
En eso estábamos cuando alcanzamos a escuchar “ uno, toc, uno, toc....” No pará,pará y ahora quién es el renguito – Qué renguito, ni renguito! Quinto metatarsiano fracturado! – Gulli, aparecistes! Qué alegrón, ya creíamos que te habían secuestrado los paraguayos...., bueno contanos lo de la muleta.¿A qué se debe? – Fue en el centro, mirá que vivo en Mataderos, pero ese día salí por unos trámites y caminando entre turistas metí la pata en un huequito apenas visible y Paf! - ¿Te dolió? – No para nada, agarré el auto y llegué manejando.
-Justo cuando se saca el yeso Rodolfo Tessaro se lo ponen ustedes. Es de creer o reventar. Justo los dos ayudantes de redacción. Decí que no tenemos viajes previstos..............
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