Así fue como
llegamos aquel día a casa de Henry,
apenas unos instantes posteriores a su arribo luego de su “fantastic patineta tour”. Pasen,
pasen nos invitaba Tere con su acostumbrada cordialidad. -Mírenlo, ahí tienen a
su amiguito. Transpirando como un tonto. Allí estaba el protagonista: tirado como una bolsa de papas en el patio de su casa. – Ya sabés Tere, los médicos me
recomendaron al menos treinta minutos de
gimnasia diaria y yo puedo hacerla de éste modo. Así salgo un rato de mi
encierro cotidiano, me entretengo y no me siento un extraño en mi propio
barrio. Y ustedes dos – me quieren decir a qué vienen a ésta hora, sin anuncio
previo y sin invitación de mi parte? – Yo les pedí que vinieran -interviene
Tere. Me pareció prudente que alguien fuera de la familia me diera una opinión
respecto de tu ansia desmesurada y repentina por la gimnasia diaria, y JC y
Néstor son compañeros a los que apreciás, o no?
-Si, por
supuesto que los aprecio, pero sigo sin entender qué tiene de raro que yo haga
gimnasia. – Bueno, bueno Henry; aclara Néstor – gimnasia se puede hacer de
diversas maneras, pero ésta que vos elegiste no me parece que sea la más
adecuada para nuestra edad, es por eso que tu familia se preocupa, tal cual lo
harían cualquiera de las nuestras.
Miren, manga
de metidos impertinentes, osados
vejestorios reclutas. Lo que yo haga o deje de hacer con mi físico son de mi
exclusiva incumbencia. Acaso alguien fue a preguntarle al Cabezón ese
santafecino, sabalero con herrumbe, o al Baraderense por qué razón fueron al
bailando? Era lastimoso verlos a los dos, y el Cabezón encima admirando a la
Vicky, viejo baboso. Yo sólo hago patineta. Todos los vecinos me saludan, nadie
se cruza en mi camino o intenta detenerme. De Crónica TV se anunciaron para hacerme
una entrevista, similar a la del viejo ese que hacía propaganda colgándose de
la barra en el parque ¿se acuerdan? Acaso alguien fue a decirle que estaba
equivocado o que no era propio de su edad? Ehh! – díganme!
Me parece
Indio que lo que estás buscando es hacerte mediático como ese viejito,-
intervengo. Vos cállate que no movés el trasero de esa silla destartalada que
tienen en Pompeya, mientras éste otro ceba mate y sacan entre los dos el cuero
a los desprevenidos de la gloriosa Novena Promoción, entre los cuales me
cuento. – y ahora ya que vinieron les hago una pregunta: almorzaron? – No, eso
no nos preocupaba.- Bueno Tere andá haciendo una ensaladita mientras hago el
fuego y nos comemos un asadito acá con éstos dos atorrantes, metidos y
sinvergüenzas a los que quiero mucho. Y de ahora en adelante les prometo que no
andaré más en patineta. – Ah! muy bien
Henry! con esa noticia no podemos negarnos al asadito. Si, creo que la
reemplazaré por un par de rollers que nunca usé y que me están tentando, ja,ja.
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