En mis años de jóven oficial de la gloriosa Fuerza Aérea Argentina, allá a fines de la década del sesenta, tuve la inmensa dicha de ser designado para realizar el Curso de Instructor de Vuelo.
Un Curso muy selectivo y en el que aprendí a aplicar una serie de principios, didácticos, pedagógicos y otros, para lograr no ya que alguien aprenda las técnicas de éste arte y a vencer los miedos que le son propios a quien por primera vez se ve al mando de un avión, sino a que con el tiempo se transforme en un profesional del vuelo y que llegado el caso con su arma, el avión; defienda su Patria hasta dar la vida por ella.
Pude terminar con éxito el mismo y luego de algún tiempo, ser Instructor de dicho Curso, es decir del Curso de Instructores.
Creo que deben existir pocas cosas que otorguen tantas satisfacciones como el poder ver a un alumno salir haciendo su primer vuelo solo, que a veces,( y más en esa época en que el volar en líneas aéreas no era algo tan común como lo es ahora) no había subido nunca a un avión, - salvo para realizar el vuelo de bautismo con el que éramos privilegiados en el transcurso del primer año como cadetes de la Escuela de Aviación Militar.
Fui instructor de vuelo de varias promociones de alféreces, grado que se alcanza al finalizar los cuatro años como cadete, equivalente al Subteniente del Ejército y al Guardiamarina de la Armada.
Ese primer año de oficial, es una continuación de la vida de cadete. El alférez mientras es alumno del Curso de Aviadores Militares no tiene tiempo de pensar en otra cosa que no sea en el vuelo. Esta actividad tampoco le permitirá realizar cualquier otra. Todo su tiempo estará dedicado al Curso que realiza.
El instructor de vuelo tiene un máximo de tres alumnos a quienes dedicará todo su tiempo y pensamiento. El alumno tiene en su instructor un padre. Un padre muy exigente. A él responderá por todo lo que hace, y su instructor deberá responder, a su vez, ante sus superiores por las acciones de sus alumnos y por los progresos que ellos experimenten mientras realizan el curso.
El alumno en ese año (actualmente el Curso dura dos años) no puede contraer matrimonio. Está sometido a un régimen disciplinario muy estricto que le exigirá estar durmiendo a más tardar a las diez de la noche porque al día siguiente debe estar bien descansado para volar, y levantarse muy temprano, porque es a las siete de la mañana que comienza la RPV (Reunión previa al vuelo),que se da a la totalidad de los alfereces, cada instructor tiene una mesa que comparte con sus alumnos. Los instructores van rotando diariamente siendo uno de ellos el que imparta la clase de lo que será la lección en vuelo de ese día.
Por las mismas razones al alumno le está vedado el consumo de bebidas alcohólicas, etc. Su instructor controlará que esto se cumpla a rajatablas. De no respetar las normas del CAM (Curso de Aviadores Militares) el alférez será separado del mismo.
Los fines de semana, es muy común que los alumnos compartan parte del mismo con su instructor. Llegarán a conocer a la familia de éste, y la familia le tomará a él un afecto muy especial.
Este relato es para que ustedes, mis grandes amigos, Noveneros, comprendan como entre instructor y alumno se genera un vínculo afectivo muy especial que perdurará a lo largo de toda la vida. Hoy en día, quien fue mi instructor de vuelo vive pendiente de todo lo que hago. Comparte alegrías, triunfos, etc. y yo estoy también muy pendiente de todo lo que con él acontece.
Esta introducción pretende, además, que quienes leen ésta nota, lleguen, aunque sea en parte, a comprender lo que se siente cuando se pierde a un alumno.
Dos de ellos, entregaron en forma heroica su vida a la Patria en Malvinas. Ellos son parte de mi orgullo como Oficial de la Fuerza Aérea. A ellos dedico diariamente una oración. Supieron cumplir con el mandato recibido. En las próximas entradas en éste blog haré un relato breve de cada uno de ellos.
Aeropuertos, calles, colegios, llevan los nombres de mis alumnos. Nuestra Patria sabe de sus sacrificios. Honor y Gloria a nuestros héroes de Malvinas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario