Hola, hola buen día!
-¿Qué tal Néstor, a qué se debe tanta alegría?
–¿Escuchaste hablar alguna vez de la alegría de cumplir años?
– No, lo que escuché es exactamente al revés y no creo que vos seas la excepción.
-En ésta oportunidad creo ser la excepción. Me siento exultante, alegre, descontraído. Llegar a los setenta de por sí es un motivo de alegría y más hacerlo acompañado de una esposa, hijos, nietos y amigos espectaculares.
–Bueno, es verdad Néstor, desde ese punto de vista comparto plenamente tu alegría.
-Yendo al punto de la cuestión, quería invitarte a que compartamos un momento el día de mañana en que ingreso plenamente y sin red a la “septuagenidad”
– Arrójese nomás querido amigo, la red es para los inseguros, y usted no tiene nada de eso!
- Mirá la reunión va a ser en Puerto Madero….
-Néstor me estás jodiendo..
– No, para nada. Como te dije antes, ingreso sin red y sin tapujos. Olvídense de Pompeya, de la línea bandera, la 42, etc.
– Esperemos contar con los sandwichitos de Agostiño.
– Eso descontalo.- Me dijo que hasta iba a hacer lavar la furgoneta para que la Prefectura no lo eche, ja, ja, y además te aseguro que todo estará bien regado como la calidad de los invitados merece…..
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La noche del sábado, las Avenidas Alicia Moreau de Justo y Juana Manso se encuentran atiborradas de autos. A ver, a ver creo que era por acá-no por acá- no, no ves que la altura no es esa.
Después de mucho andar y discurrir si se habría tratado de una broma de Néstor, veo por el espejo retrovisor un auto estacionando unos cincuenta metros detrás y del cual bajaba un matrimonio elegantemente vestido, llevando el varón una gran carga de lo que aparentaba ser cámara fotográfica, filmadora, telones, pantallas, etc.
Epa, epa!, pero si es Henry con la Tere.- Se vino preparado el hombre! – Parece que van a haber alocuciones del Indio hasta aburrirnos…- significa que estamos acertados en la dirección, o que el ”hereje” también está equivocado. Por suerte Henry llegó con GPS, artilugio desconocido y poco confiable para quienes aún nos guiamos con “la Filquer”.
Hermosa y moderna torre, con un SUM acorde a la misma. Nos guió la guardia, luego de corroborar nuestras identidades, y ni bien ingresamos se encontraba muy próxima a la puerta de entrada, en brazos de Pili,y luciendo un hermoso vestidito blanco tejido de esos como los hacía mi madre para mis hijas, nada más y nada menos que mi gran amiga Cati, con quien indisimuladamente nos manifestamos el cariño que nos es mutuo.
JC – me dijo (recuerden que yo interpreto lo que dicen-o piensan- los bebés), creo que me quieren llevar en un ratito a mi casa. Otra vez no me dejan probar nada que no sea mamadera, y no estoy dispuesta a que ello pase. ¿Te parece hermosura que es el momento y el lugar apropiado para armar lío? – Yo no grito, lloro o pataleo casi nunca, pero hoy si no pruebo aunque sea un bocadito se va a armar la de San Quintín, andá y deciselo a mi abue ni bien lo saludes, tratá de no demorarte porque puede ser tarde.
Así que sin demoras busco a Néstor entre los presentes y luego de nuestro efusivo acostumabrado abrazo le susurro el mensaje de su nietita . –JC me estás jodiendo! – Bueno probá de no hacerle caso…-Ah ya sé decile que le llevo mañana a su casa más de un bocadito si ahora se porta como lo hace siempre.
Eso hice y fue aceptado por Cati, como no podía ser de otra manera. – Si mañana no aparece por mi casa con lo prometido no lo saludo por un mes…
Buscando por encima de las cabezas alcanzo a ver algunos Noveneros juntándose alrededor de una mesa al fondo (lugar apropiado para quienes acostumbran provocar bochinche). Hacia allí encamino mis pasos.
Degustamos finos bocaditos y luego pasamos a cenar. A los postres una sorpresa de sus hijos para Néstor.
Un lindo conjunto musical “ Walrus”(morsa) que interpretaron varios temas de los Beatles y hasta nos hicieron mover el esqueleto.
Como todos ustedes, estimados lectores imaginan, a los postres vinieron los consabidos discursos. Se lució Henry provocando la emoción de todos al mostrarse, él mismo, bastante emocionado. Recordar anécdotas y sobre todo la amistad que entre nosotros es mucho más que un símbolo. Cosas de cuando teníamos 18 años-rememoró Néstor, al devolver agradecido las palabras de Henry- ese comportamiento cuasi infantil es común cada vez que nos juntamos, refiriéndose a una broma de Pocho Bresso.
Comimos delicados y muy sabrosos dulces, muy bien regados y luego de sendos abrazos partimos cada uno con su cada una, viendo cómo íbamos a eludir los controles de alcolemia con promesas de juntarnos nuevamente y en fecha próxima.
Gracias Néstor, Gracias Alicia. Fuimos muy felices al compartir con toda la linda familia Peresón (con Caty en especial)
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