lunes, 26 de abril de 2010

HENRY INAUGURO SU CASA EN BARADERO

-¡¿Cuándo se irán éstos malditos?! - No me dejaron ni el agua de los floreros. La Tere tenía razón.-No tenía que hacerme una casa justo al lado de éstos jodidos.............Por favor que se vayan!!!!
El Grupo Novenero junto a los anfitriones, antes que éstos se cansaran y los echaran
-A la mesa que llegaron los bichos. Dale Ricardo ayudame que me quemo las manos.
-Che Juanca, a mí de acá no me mueven ni los piqueteros de Baradero
Ah!! Pancita llena, corazón contento! - Ahora a darle al corderito....
¿Será así que se enciende éste aparato? - Llamalo al gaucho de enfrente que me saque de la duda.
¿Quién fue el que me dijo que pusiera solo dos segundos?

Lo que muchos creían que era un imposible y que jamás se cumpliría ¡SE CUMPLIÓ! y ¡cómo se cumplió!

Henry; luego de soportar sendas críticas, decidió invitar a un grupo de amigotes (noveneros todos ellos, y entre los cuales creo estar considerado) a tan mediático evento: La inuguración formal de su casa en los pagos del Baradero, donde comparte una de tres partes con igual número de esos amigotes Noveneros en la parcela denominada "Las Lomas", la cual todos ustedes, habituales lectores de ésta página, ya han visto en varias oportunidades.

Debo reconocer, a fuer de ser sincero, que ésta vez como tantas otras el Indio y su esposa Tere, se pasaron. Si, así como lo leen.

Quien escribe éstas líneas arribó al lugar convocado el día sábado 24 a la hora prevista y con la misma puntualidad(cual congresista de Tucumán)que lo cumplía el tercero de los varios involucrados en dicha convocatoria, Rodolfo Tessaro, conviniendo entre ambos almorzar un pollito a las brasas y luego, a la hora de los postres y/o café, trasladarnos a la casa del Hereje.

Disponiéndome a hacer el fuego, recibo una llamada de Henry invitándonos a ambos matrimonios a participar de un asadito en su novísima casa -"eso si"- me aclara- "traigan lo que pensaban poner a la parrilla que lo degustamos juntos" - cabe aclarar que a dicho almuerzo estaba llegando desde la Capital un cuarto Novenero, Néstor Peresón con su esposa Alicia.

Raudo y veloz parto a lo de Henry con mi pollo bajo el brazo -"no vaya a ser que éste Indio condenado se arrepienta" - pienso para mis adentros. Casi chocamos;yo con mi pollo, que a decir del dueño de casa parecía un pavo, y Rodolfo con medio dorado de más o menos 6 Kgs. que era un espectáculo a los ojos. Calculen lo que había en la parrilla: carne de vaca, dorado y pollo, todo en abundancia.

Con el destape de la primera botella, y como si el ruido producido por el corcho al abandonar su vítreo alojamiento hubiera obrado a la manera de bombo indígena convocante, aparecieron en la puerta Néstor y esposa. Ésto ya se iba poniendo lindo - bien saben mis lectores que más de dos Noveneros ya son multitud, y en éste caso ya llegabamos a cuatro...
A los pocos instantes llegó Norberto Nonomi y su esposa Graciela, el número de Noveneros continuaba en ascenso, y ni que decir lo que sucedería por la noche con el arribo a Las Lomas del sexto invitado, Julio Tulián y Mabel, procedentes de los pagos de Diamante con un ejemplar ovino de sus campos ya listo para ser colocado en el asador al día siguiente.

Con la llegada de los Diamantinos nos disponemos a cenar. El Indio imperturbable. Recurría con frecuencia a su bodeguita y continuaba el destape.

Tarde y cuando el Infiel mostraba signos inequívocos de sueño, agotamiento físico y porque no decirlo, mareo vitivinícola decidimos ir a dormir para estar en forma al día siguiente. Cada una de las mujeres con miradas llenas de odio hacia sus esposos por lo que consideraban un exceso en las libaciones(exageradas ellas. Aún no sabían lo que sería al día siguiente....)

Parto hacia mi casa con el mandato de cuidar de un tierno lechón que debía ser colocado en frío. Trataríamos de corroborar las propiedades del mismo, según lo adelantado por nuestra presidenta.

Ya teníamos un corderito y un lechón. La celebración pintaba ser histórica.

Tipo diez de la mañana abrimos nuestros ojos dispuestos a ir reponiendo energías con el desayuno, cuando un Subaru, derrapando en los polvos del camino por su gran velocidad, arribó a mi casa donde nos encontrábamos con Norberto y Graciela. Néstor se había levantado muy temprano para ir a San Pedro a comprar ensaimadas mallorquinas que no hay donde las hagan como en esa ciudad.

Terminamos de desayunar y junto con el mate de rigor veo desde la ventana de mi casa que el pobre Henry ya se encontraba encendiendo el horno de barro.

Con el gusto a mate aún en nuestro paladar apareció una picada de aquellas. Salames en rodajas transversales como de diez centímetros, quesos, pan de campo y unas exquisiteces que había amasado personalmente Rodolfo. Es en ese instante que hace aparición en escena Pocho Breso acompañado por Ricardo Quellet atraídos; quizás; por los sordos ruidos producidos por los descorches. Éste último, muy diligentemente, se ofreció para hacer el fuego cuando alcanzó a ver la parrilla aún vacía. Con preconcebida maldad nadie le dijo que los animalitos se encontraban en el horno de barro, cosa que recién cuando su cara estaba tiznada por el carbón y el fuego pronto a iniciarse, alguien llevado por el afecto de tantos años se arrimó advirtiéndole: "- Dejá boludo de ensuciarte que los bichos están en el horno....."·&/*%5E+#,etc, fué la respuesta de Ricardo.

RESÚMEN: El Indio y su esposa Tere se recontrapasaron. Fueron unos anfitriones bárbaros.
Gracias Tere y Henry por tanta amabilidad, calidez y generosidad. Fué hermoso compartir con ustedes algo tan lindo. Que disfruten mucho de su hermosa casa en Las Lomas junto a los otros dos Noveneros.
Gracias Natasha y Tania por estar acompañandonos y poner esa nota de juventud, alegría y simpatía que las caracteriza !!!!!
Y tengan cuidado porque escuché a algunos diciendo cual grito de guerra :¡Volveremos!