martes, 24 de enero de 2017

ORACIÓN DE UN ANCIANO




Señor, enséñame a envejecer como
cristiano. Convénceme que no son
injustos conmigo los que me quitan
responsabilidades, los que ya no me 
piden opinión, los que llaman a otro
para que ocupe mi puesto. Quítame
el orgullo de mi experiencia pasada;
quítame el sentimiento de creerme 
indispensable.

Señor, que en éste gradual desapego
de las cosas, vea tan sólo que me
promueves a una etapa nueva de mi
existencia, en la que por pobreza y
fragilidad de mi ser, me haces sentir
la riqueza y la fuerza de tu gran
ternura.

Pero te pido me ayudes, Señor, para
que yo sea útil todavía a los demás
contribuyendo con mi entusiasmo y
mi oración al esfuerzo y a la alegría
de los que ahora tienen la responsa-
bilidad; viviendo en contacto humilde
y sereno con el mundo que cambia,
sin lamentarme por el pasado 
que ya fue; aceptando mi salida de
los campos de la actividad como
acepto con naturalidad sencilla la
puesta del sol.

Finalmente te pido me perdones si,
solo en ésta hora tranquila de atar-
decer, me doy cuenta de cuanto me
has amado. Concédeme que, por lo
menos ahora, mire con gratitud y 
esperanza hacia el encuentro feliz 
que me tienes preparado y hacia el
cual me estás llamando desde el
primer instante de mi vida.

Señor, enséñame a envejecer con
la alegría de quien espera el amanecer
definitivo.

Amén.

(Anónimo)