viernes, 18 de mayo de 2012

Carta de un Soldado Dragoneante Clase 1946

Hola!, querido Juan Carlos:

Desde hace ya varios años, algunos de los “muchachos” –permíteme la expresión- ex compañeros del Servicio Militar Obligatorio, que cumplimos en el año 1967 en la Escuela de Suboficiales de Aeronáutica abandonamos nuestras habituales ocupaciones por dos o tres días, para; desde distintos y distantes puntos del país, dirigirnos a la ciudad de Córdoba, para gozosamente; allí, reencontrarnos, con nosotros mismos, con algunos lugares comunes y con el actual personal militar que hoy presta servicios en ese Instituto.



Allí –lo repito- realmente gozamos; plenamente, en su mejor sentido emotivo- de inolvidables momentos; pues, aunque nos encontramos (y lamentablemente, nos “desencontramos” con muchos oficiales y suboficiales, propios ex compañeros, pues ya, algunos partieron en su vuelo final) con nuevo personal, de ésos mismos rangos, quienes nos “atienden” con la cordialidad y afecto que siempre recibimos de ustedes, viejos Jefes nuestros, en un momento muy importante de nuestras jóvenes vidas.

Este prolegómeno me fue necesario para comentarte que; por ése motivo, cada año desde mediados del mes de abril, entre nosotros, ex soldados, empezamos a comunicarnos telefónicamente para aprontar los acuerdos con la Dirección de la Escuela.

Esto es con el objeto de coordinar, y confirmar nuestra ya habitual visita anual para participar de las celebraciones que se realizan con motivo del “Día del Soldado Aeronáutico”, y participar en ella; la que da comienzo con una Formación, en la Plaza de Armas.

Estos “reencuentros anuales”, siempre; además de grandes; muy emotivas y reconfortantes “charlas” con el actual personal militar, éstos nos sirven para renovar nuestros sentimientos de afecto y fidelidad a la Fuerza Aérea Argentina, y sus hombres altamente profesionalizados y de extraordinaria calidad humana. Tanto que, luego de trascurridos ya largos 46 años, seguimos insistiendo en volver todos los años al lugar donde transcurrió nuestro adiestramiento militar para servir a la patria.

Es el mismo lugar a donde, llegamos con un poco de temor por lo desconocido y nos retiramos felices de haberlo cumplido en tan excelente sitio. No sólo por sus confortables instalaciones, sino, y fundamentalmente: por la extraordinaria calidad personal de los cuadros que la constituían. Es que –ya lo manifesté alguna otra vez - nos encontramos con jóvenes oficiales, aviadores o no que, no nos educaron; pero si, terminaron de hacerlo, con y en Valores. Aquellos mismos, que; por añejos, no han dejado -ni dejarán- de serlo jamás.-

Es que, mientras en la edad adulta, en la que ya todos nos encontramos, se plantean nuevas prioridades: salud; éxito profesional, laboral; responsabilidades surgidas de la familia. Algunos Valores permanecen a lo largo de la vida de las personas.

Ustedes, jóvenes al inicio de vuestras -en la mayoría de los casos- brillantes Fojas de Servicios; fueron los encargados, con vuestra conducción y ejemplo, los autores de su forja, en bronce, en nuestros también jóvenes espíritus.
                                             Dia del soldado aeronáutico - Año 2011

Es dable que te lo destaque querido amigo que; pasan los años y los “soldados voluntarios”, que en un número cercano a 100 están apostados en ése mismo destino, nos miran, nos observan atentamente, con admiración, por la fidelidad que profesamos a “nuestra” amada Fuerza Aérea. Es que; modestamente; somos un excelente ejemplo de lealtad, nobleza y cariño; que nos ven expresar, -lo repito- todos los años, sin faltar ni uno, un noble sentimiento hacia la Institución que nos “educó” con el adiestramiento como soldados para defender a la patria. Ustedes, nuestros jefes en esos momentos tienen, prioritariamente, que ver con ello.

Es que; la mayoría de la Incorporación de ése ya lejano 1967, correspondió a gente que provenía del noroeste de nuestro bendito país: Tucumán, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Chaco, y muchos –buen porcentaje de ellos- llegaron a la Escuela en estado de subnutrición. En menos de un año: el aumento de peso corporal fue de unos 30 Kg. tanto fue, que la mayoría de estos cambios en sus físicos, los hizo transformar en seres casi irreconocibles comparando sus aspectos con los que presentaban a la fecha de la Incorporación.

Además, -y, por supuesto, esto no es menos importante- muchos de ellos, hicieron, o completaron su educación de nivel primario, ya que la Institución les brindó los medios y para lograrlo. Es decir: aulas; material didáctico y profesores acordes. Pero, lo más importante –y ahí entramos todos- Estos sucesos, -y, muchísimos que no detallo, para no hacer muy larga esta carta de reconocimiento y agradecimiento, sin dudas; produjeron – en todos- una bisagra en nuestras vidas: Un antes, y un después del Servicio Militar Obligatorio que realizamos en la Aviación Militar Argentina.

Valores, actitudes y conductas están íntimamente relacionados.

Los primeros se comportan como creencias que algo es preferible, y es; por tanto: digno de aprecio. Esto produce convicciones profundas. Lo segundo es una disposición a actuar de modo a determinadas creencias, sentimientos y Valores. Y, por último las actitudes se expresan en comportamientos y opiniones específicas que se manifiestan de manera, ya espontanea. Uds., personalmente, -la filosofía de la Fuerza Aérea Argentina-, fueron los autores de ese “acabado” (o parte importante de ello) en nuestras personalidades

Es dable destacar que aunque siendo la Esc.de Suboficiales de Aeronáutica –“nuestra segunda casa” desde hace 46 años- una institución militar; allí nos enseñaron a valorar la paz. Nos enseñaron, con vuestro permanente ejemplo, que la solidaridad es mejor que la indiferencia. Y, que la Justicia (¡Sí!, única. . . la que se escribe con mayúsculas) es mejor frente al abuso. En fin que: siempre el amor supera al odio, por más “potente” que éste último fuere.

Y, finalmente vuestra función, aparte de la instrucción especifica en el orden militar, consistió en la no menos importante de; concluir nuestra educación como hombres. Ustedes nos insuflaron “Valores agregados”; a más de los que cada uno portaba como bagaje familiar. Es decir: dignidad; honestidad; solidaridad; amistad: salud (tanto la física, como la del espíritu) la educación, que son los pilares fundamentales con los que se edifica un verdadero hombre. Estas, ya nuevamente en la vida civil: nos orientaron –sin dudas- en nuestras futuras decisiones, deseos e impulsos, fortaleciendo nuestro sentido del DEBER SER. ¡Que no es poca cosa!

Por ello, y nada más que por ello, todos los ex soldados que, de dentro de muy poco llegaremos al medio siglo de haber cumplido con la Patria, y ya el tramo final de nuestra vida, seguimos siendo fieles a nuestra Fuerza, la ya gloriosa FAA.

Ustedes. tienen que ver con ello:

ya no tan jóvenes personas, tienen que sentirse muy orgullosos que (tácitamente asumo la representación de todos mis camaradas) éste ex soldadito, profesional universitario , con 64 años de una vida -que aún transcurre muy intensa- , y 46 de haberlo cumplido, los recuerden con genuino reconocimiento y verdadero afecto. Tanto que, lo renovamos –sin saltear ninguno- todos los años en el día señalado de éste mes en curso.

Además, y no deseo dejar de referir: pasaron, inexorables, los años, y Uds. mismos con las familias que constituyeron en el aspecto personal, son el mejor ejemplo de ello.

De las personas VALIOSAS UNO NO SE OLVIDA. Hoy en día, me enorgullezco de considerarte un sincero amigo.



Dragoneante C/46 Francisco Lau-Courtade