viernes, 22 de febrero de 2013

A propósito del desánimo


 
A la edad que muchos Noveneros vamos alcanzando, creo yo que es bastante común encontrarnos con repeticiones de cuadros tales como el de que nos habla Néstor. Desinterés, apatía, desconsuelo, el mismo desaliento, del que se encarga la nota, refiriéndola como el arma preferida por el mismísimo diablo, todo ello nos lleva a circunstancias no deseadas, y menos a nuestra edad de tal como la temida depresión.
No soy médico, así que no gozo de autoridad para hacer un análisis de la misma desde un punto científico de vista. Pero sí cuento con la experiencia que, como a todos nosotros, nos fue brindando la vida. Esto suele pasar cuando se pierde el interés por lo que hasta ese momento fue el centro de nuestra actividad, o nuestro hobbie preferido.
Me jubilé, me retiré, cumplí tantos años, me duele el cuerpo, me canso si salgo a caminar y ni que hablar si se me ocurre hacer algún deporte o una simple caminata por el barrio. Qué podemos hacer?
En mi caso me procuré varias actividades. La mayoría de las cuales ustedes, Noveneros amigos, ya conocen. Asimismo realizo otras actividades de índole académico y otras que me permiten acceder a algunos ingresos extras. Busqué fundamentalmente, y lo sigo haciendo no quedarme mental ni físicamente quieto. (Nuestra página, Noveneros es una prueba de ello)
Compañeros nuestros, cuya profesión se lo permite, no pasan por el momento de tener la obligación de cesar en hacer lo que conocés, lo que hiciste toda tu vida. Ellos, quizás  tienen  dosis diarias muy elevadas de stress que también lo desalentarán. No existen soluciones mágicas para superar los problemas económicos a los que nos somete el Señor Moreno, corralitos, etc. Tampoco para superar el mal momento de las cadenas televisivas y radiales oficiales. Pero la inteligencia que nace de la experiencia de vida, sabrá ser buena consejera. La vida tiene cosas hermosas que descubrimos a diario. La sonrisa de los nietos, el amor de la familia, el reconocimiento de nuestros amigos, ellos son un refugio. Pero no caigamos en el desaliento. Herramienta predilecta del demonio, tal cual la pinta la semanalidad de Néstor.
Un abrazo Noveneros! Aún somos muy jóvenes para muchas cosas lindas.
Como siempre, espero los comentarios de ustedes, que a todos nos interesan mucho.
  

lunes, 18 de febrero de 2013

“Maestro, hemos trabajado la noche entera…"





Cierta vez se corrió la voz que el diablo se retiraba de los negocios y vendía sus herramientas al mejor postor.

En el día de la subasta, estaban todas las herramientas dispuestas en forma que llamaran la atención, y por cierto eran un lote siniestro: odio, celos, envidia, malicia, engaño... además de todos los instrumentos del mal.

Pero un tanto apartado del resto, había un instrumento de forma inofensiva, muy gastado, como si hubiese sido usado muchísimas veces y cuyo precio, sin embargo, era el más alto de todos.

Alguien le preguntó al diablo cuál era el nombre de la herramienta.

- “Desaliento” fue la respuesta.

-¿Por qué su precio es tan alto?, le preguntaron.

Porque ese instrumento -respondió el diablo- me es más útil que cualquier otro; puedo entrar en la conciencia de un ser humano cuando todos los demás me fallan, y una vez adentro, por medio del desaliento, puedo hacer de esa persona lo que se me antoja. Esta muy gastado porque lo usó casi con todo el mundo, y como muy pocas personas saben que me pertenece, puedo abusar de él.

El precio de desaliento era tan, pero tan alto que aún sigue siendo propiedad del diablo.

“…y no hemos sacado nada,…”


Lucas 5, 5  

Gracias Néstor Peresón !!