miércoles, 7 de noviembre de 2012

Momentos vividos



La inevitabilidad del dolor es parte de la vida…más allá de las razones o los agentes que lo causen. Es imposible crecer sin dolor. Esto no significa que solo se crece en la dolenciani que todo dolor ayuda a madurar. “El dolor es un precio que pagamos por estar vivos”, dice Harold Kushner.

A través de nuestras heridas , se nos suele ofrecer la posibilidad de mirar a nuestro ser escencial, descubrirlo en su desnudez. A menudo en una situación dolorosa emergen fortalezas que desconocíamos.

Queridos compañeros que se adelantaron a nosotros en el camino de la vida, están siempre donde más de un Novenero los recuerde.



¡¡Cómo que me olvidé!!




Imposible olvidarme de queridos compañeros y por sobre todo queridos amigos. El Gulli forma parte de la redacción permanente de Noveneros, Es él quien abre diariamente las puertas de la redacción, pone el agua para el mate,calienta las rotativas,etc.

Aldao, cuando no era él era yo el primero de la lista, primero en pasar a dar las lecciones, primero en ser llamado en los exámenes. Entrerriano y Doctor siempre presente.
Pocho Bresso, quien tiene más de una página dedicada en Noveneros. El peso de su cuerpo es todo el peso de su inmenso corazón. Extremadamente bondadoso. Querido amigo. Ojo Pocho, …..moderando la ingesta…..

Norberto Bonomi, sentado a mi lado. Dialogamos largo y tendido. Gran amigo.Siempre presente para los temas noveneros.



Aníbal Dagatti, con quien nos encontramos en el Foro LIMIGEBE. Siempre atento a la novena y al querido Liceo.

Pacheco Pereira Duarte, un profesional que honra a la Novena y al LMGB. De destacada actuación en el Consejo de la Magistratura representando a todos los abogados.

Salazar, de Las Rosa, querido amigo y el Patón Sandiano, Doctor Auditor, y excelente amigo.

Ricardo Quellet con quien compartimos largos años en la Fuerza Aérea.

Solari, con quien compartimos el aula creo que en todos mis años de permanencia en el LMGB.

Creo que no me quedó ninguno de los que estuvieron presentes. A todos ellos. Un gran abrazo!

martes, 6 de noviembre de 2012

NOS VOLVIMOS A VER…………




Cuántas emociones juntas! Abrazarnos con gran alegría, como quizás no lo hacíamos cuando nos veíamos todos los días.

Hice mi propio racconto de la reunión y pensaba…Hay quienes no cambian o cambian poco, sus rostros apenas denotan el paso de los años.

¿Quién no podría reconocer a Eldo Manni? O a Arévalo Dardo?- El Negrazo Néstor Peresón es inconfundible, siempre demostrando una gran paz interior! – Eso es algo digno de mucho encomio. Don Henry, sustentando valores que nos enorgullecen y nos hacen sentir a flor de piel que sí, que casi somos una misma cosa, un grupo humano muy unido, y esto no sólo por la alegría del reencuentro.

El Cabezón, siempre protestando, formen, ponganse firmes carajo! El Pato Schaller, un caballero al igual que Jorgito Mazza para quien ¡Se acabaron los problemas! El Chaca nos hizo sentir muy bien con su música, pero por sobre todo por su presencia. Pablo Efraín Buttaro, un compañerazo de aquellos, un profesional a todas luces, y así siguiendo….Mapocho, siempre igualito, alegre y un símbolo de la Novena.Héctor Paillet, organizador y gran amigo, otro al que los años le pasan al lado y no lo afectan. Mario Zelayeta y Crespo…muchachos paren la ingesta…dejense de embromar… Salvatore Granero, todo anécdotas de su paso por el LMGB.
El diamantino Julio Tulian, afectuoso y gran compañero, amigazo, amigazo. Qué lindo fue verte gran entrerriano. El Negro Aníbal Gauto, quien dice no ser más negro. Fue muy lindo compartir contigo. Oldemar Jordan..tanto tiempo, pero siempre igual y siempre tranqui. Lindor Uresberueta…vos si que nos emocionaste y vos si que te arrepentiste de no haber concurrido con anterioridad. Estuviste genial!

Dice Néstor Pereson

Lo vi distinto. Tenía la mirada enfocada en lo distante. Me acerqué y le dije:


¡Buen día, abuelo!

Y él extendió su silencio. Me senté junto a su sillón y luego de un misterioso instante, exclamó: ¡Hoy es día de inventario, hijo!

¿Inventario?, pregunté sorprendido.

Sí… ¡inventario de las cosas perdidas! Del lugar de donde yo vengo, las montañas quiebran el cielo como su gigantesca presencia constante. Siempre tuve deseos de escalar la más alta. Nunca lo hice, no tuve el tiempo ni la voluntad suficientes para sobreponerme a mi inercia existencia.

Recuerdo también a una chica que amé en silencio por cuatro años hasta que un día se marchó del pueblo. También estuve a punto de estudiar ingeniería, pero mis padres no pudieron pagarme los estudios. Además, el trabajo en la carpintería de mi padre no me permitía viajar.

¡Tantas cosas no concluidas, tantos amores no declarados, tantas oportunidades perdidas!

En los treinta años que estuve casado con la abuela, creo que sólo cuatro o cinco veces le dije “te amo”.

Este es mi inventario de cosas perdidas, la revisión de mi vida. A mí ya no me sirve. A

vos sí. Te lo dejo como regalo para que puedas hacer tu inventario a tiempo.

Con cierta alegría en el rostro, continuó entusiasmado y divertido:

¿Sabés qué descubrí en estos días?

¿Qué, abuelo?, no contestó, sólo me preguntó nuevamente

¿Cuál es el pecado más grave en la vida de un hombre?

No lo había pensado, contesté con inseguridad: Supongo que matar a otros seres humanos, odiar al prójimo, desearle el mal. ¿tener malos pensamientos, tal ves?

Moviendo su cara de lado a lado me miró intensamente y en tono grave y firme me dijo:

El pecado más grave en la vida de un ser humano es el pecado por “omisión”. Y lo más doloroso es descubrir las omisiones y darse cuenta que el tiempo no vuelve.



Al día siguiente, regresé temprano a casa, luego del entierro del abuelo, para realizar en forma urgente mi propio inventario de las cosas omitidas.

“…vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios.”

Marcos 12, 33



Quizás lo que más omitimos es “escuchar”

Gracias Néstor, querido amigo!