sábado, 27 de agosto de 2016

Nadie suelta nada, todos van por más

De La Nación - sábado 27 agosto 2016

Por: Héctor M. GUYOT

Que no se hicieron las audiencias. Que hay que aumentar pero no de manera salvaje. Que estamos ante el regreso del neoliberalismo. Que los que menos tienen no pueden subsidiar la energía de los que más tienen. Que una cosa es el precio en boca de pozo y otra la distribución...
Con mayor o menor razonabilidad, las distintas voces -incluso la definitiva, la de la Corte- se fueron sumando hasta convertir la suba de tarifas en un laberinto del que será difícil salir. Sin duda, desactivar la bomba que dejó el kirchnerismo es un desafío técnico y político enorme para el Gobierno, pero también supone una responsabilidad para la oposición y para el conjunto de la sociedad. Quien más, quien menos, a la bomba la hemos armado entre todos. Hay que desactivarla, eso no se discute. No hay acuerdo en el método. Sin embargo, más allá de tanto discurso, más allá de las chicanas hipócritas y oportunistas, el problema de fondo parece reducirse a una cuestión más elemental: nadie quiere poner la plata. Es decir, pagar parte del costo del desaguisado.
Al contrario, aquí todos van por más. Y no es raro, porque así hemos funcionado casi siempre. Somos caballos que vuelven al mismo bebedero: una cosa es la mente y otra el reflejo condicionado del cuerpo. En un país donde en los hechos ha prevalecido la ley del más fuerte, que sin misericordia se come a los indefensos, ¿quién estaría dispuesto a ceder sin miedo de terminar devorado? No hay aquí lugar para los débiles: todos los sectores hunden sus mandíbulas en el trozo de carne y tiran hasta despedazarlo.
Le exigimos resultados inmediatos a un gobierno decidido a intentar un cambio, pero nosotros no cambiamos. Que pretendamos soluciones mágicas sin poner sobre la mesa la parte que nos toca es un síntoma de que seguimos siendo los mismos. Sabemos que hay que renunciar a algo para salir del atolladero, pero nadie parece dispuesto a renunciar a nada. Esta contradicción esquizofrénica vuelve inédita e impredecible la transición actual.
El Gobierno dice que la verdadera batalla que hoy libra el país es cultural. Es posible. Pero lo que habría que revertir en ese caso va mucho más allá de la década perdida. Todavía quedan entre nosotros resabios de la época colonial, cuando este suelo era menos una tierra que se siente propia que un territorio a saquear. Seguimos sacando la riqueza fuera del país, medrando con los privilegios que otorga el poder, creando ductos de exacción del dinero público, y todo en medio de formas de dominio feudales en donde los que mandan se eternizan en la cima mientras los representados son tratados menos como ciudadanos o trabajadores que como siervos a los que, desde arriba, se les arroja un mendrugo.
Se han visto pocos gestos de desprendimiento que impliquen la resignación de intereses personales, políticos o sectoriales inmediatos en beneficio de una posibilidad futura de país. Y, sin embargo, algunos seguimos percibiendo que este momento crítico puede representar un punto de inflexión. ¿Por qué?

Acaso 12 años de kirchnerismo no hayan pasado en vano. Los rastros del saqueo, sobre todo las evidencias de su alcance y magnitud, sorprenden día a día, así como también la contracara que esa ambición desmadrada legó: la pobreza, la inequidad, el declive educativo y cultural, el aumento de la marginalidad y el crimen organizado, el narcotráfico. Para algunos es un espectáculo doloroso. Para la mayoría, un padecimiento más concreto. En todo caso, esa realidad hoy manifiesta debería despertar la conciencia de que es inviable mantener las malas costumbres en un país extenuado al que, en lugar de expoliarlo, ahora hay que alimentar. Fueron demasiados años de morder, de sacar, de tomar. Ha quedado poco y nada: hoy es tiempo de dar.
Esto lo entienden mejor los que menos tienen. La gente común, que en un alto porcentaje pagó las nuevas tarifas hoy cuestionadas, lo ha comprendido mucho mejor que la dirigencia (política, gremial o empresarial), muchos de cuyos representantes parecen inclinados a volver a las viejas prácticas. La memoria es corta y la buena voluntad duró lo que un suspiro. Tal vez algunos de ellos, los más ambiciosos, se queden con la parte del león. Pero habría que recordarles que no hay tesoro ni conquista que valga mucho cuando se viaja a bordo de un Titanic que surca enloquecido las aguas. Los más voraces deberían advertir que les conviene poner a raya su instinto depredador aunque más no sea para poder seguir depredando algún día, si es que finalmente el futuro nos acepta y nos hace un lugar.

Pablo E.Buttaro piensa que...

Hermoso, mucha afectividad, nostalgico y retomando el túnel del tiempo, de otra sociedad en que la felicidad estaba al alcance de nuestras manos, valorando las pequeñas cosas que hacen a la existencia. 
Un abrazo fraterno.-

Pablo Efraín

Para tener en cuenta.....


viernes, 26 de agosto de 2016

No aceptó el rebautismo

El inefable Mastropierro, como buen abogado y respetando la LEY, me ha rebautizado como ORIGINARIO, ya que la palabra INDIO es denigrante y al menos en Bolivia está penada por la ley, aunque para mi sigo siendo EL INDIO.
      Abrazo
 


    Henri INDIO Mielnikowicz

jueves, 25 de agosto de 2016

Encuentro...

Paseando por mi barrio de Belgrano, hoy bastante movimentado, ruidoso e inquieto, ya seapor las obras en las calles, por la cantidad de vehículos en circulación o por el bullicio mismo de escolares terminando su jornada, salgo de su avenida principal hacia calles laterales buscando un poco más de tranquilidad.

Cómo cambió nuestro barrio!, o mejor cómo cambió todo Buenos Aires. Sin quererlo nos habituamos a la vorágine diaria y si ésta nos falta, la extrañamos.

Bochinchera Buenos Aires. No hay argentino que no se sienta parte de vos. Todos te queremos; salvo aquellos que por ignorancia buscan destruirte. Piqueteros, conductores maleducados, políticos desgastados, etc. Y desgraciadamente éste “etc” se hace cada vez más grande y complejo, cada vez son más los alienígenas(a decir de mi gran amigo Néstor) que nos circundan.

Levanto la mirada, absorto en mis pensamientos y alcanzo a divisar una silueta conocida. Pero quién es?- me pregunto. Acá por Belgrano somos pocos los Noveneros, Nikita, Miná, yo y alguno que otro, me parece que ninguno de ellos es. Bajito, de andar apurado, peleado con el acoso inexorable del reloj, preocupado por tal o cual Novenero. 

Porque está lejos y nadie sabe nada de él, porque andaba con alguien muy cercano con problemas de salud, porque éste bol... trabaja mucho, por ésta u otra razón, no importa cual. El siempre se preocupa por quienes quiere mucho.

Sus compañeros de la novena, los Noveneros.

Grupo de personas mayores, chicos cuando se juntan, gritones en el abrazo fraterno del encuentro anual.

Si JC tenés razón vivo pensando en mis amigos del alma, aquellos con los que compartí ilusiones, alegrías, tristezas. Aquellos con los que me peleo cuando los tengo cerca y los extraño mucho cuando nos separamos - dice mirándome como quien acaba de encontrar lo que andaba buscando.- Pero a mí, porqué? - pienso para mis adentros. Como adivinando mis reflexiones apunta - agarré el auto y consideré; llevado por algún tipo de intuición; que por acá algún Novenero iba a encontrar y podíamos juntarnos aunque más no sea a tomar un cafecito.

Qué bien que hiciste, Indio querido! - Cuánta alegría me da que te hayas decidido por éste barrio, y mirá vos la casualidad de encontrarnos cara a cara en ésta calle lateral.

Te iba a llamar por TE, pero me comentaste que salías, a veces, a caminar cerca de tu casa. Si no te encontraba volvía sobre mi pasos- o mejor sobre las ruedas, ja,ja.

Sabés que siempre algún amigo tiene problemas. Tristeza por Jorgito Mazza, preocupación por el tema de seguridad con el cual algunos tropezaron, aunque gracias a Dios la sacaron barata. Sabía que vos compartís mis preocupaciones, por eso me gusta que nos hayamos encontrado.

Crucemos la calle, con cuidado que los alienígenas le tiran el auto encima a los viejitos, y nosotros ya entramos en la categoría. - Sabés Henry, te voy a dejar una palabra que es ahora la que nos debe guiar, principalmente con las cosas que antes nos sacaban de las casillas, o que simplemente no nos gustaban.

Esa palabra es ACEPTACION. Aceptar que si te peleas con otro, generalmente más jóven, vas a salir perdiendo. Si te insultan en el tráfico, traga saliva, contá hasta diez. Aceptá que ya tenés pocas fuerzas, no solo físicas.

Tomamos nuestro cafecito, cortado y en jarrito. Sin azúcar. Nos reímos un rato, despotricamos otro, pero siempre con el recuerdo de nuestros queridos amigos Noveneros, todos ellos presentes en nuestro recuerdo. Los que vemos y los que tan sòlo se hicieron invisibles.


Gracias querido amigo por éste encuentro virtual, que ojalá se produzca!

Egresados NOVENEROS

Gentileza de nuestro querido compañero indígena, Henry Mielni

Debo decirles a  todos ustedes los que engalanan ésta foto, que realmente eran unos pendex  muy pintones! 

miércoles, 24 de agosto de 2016

Solicitud de Henry

Queridos amigos:
                                  Estamos tratando de juntar todas las fotos posibles para hacer un album que dejaríamos en el Liceo, aparte de editarlas en un CD para el recuerdo de cada uno.
          Agradeceré me envíen todas las fotos que tengan, escaneadas con el mayor tamaño posible a efectos de tener buena definición.
                          Un abrazo
 
      Henri Indio Mielnikowicz