viernes, 5 de abril de 2013

El parecer de Pablo E. Buttaro

MUY BUENO, que semblanza la de este "pabellón de ideas" figura emblemática de la 9a. Todo muy ameno y con esa pintura de humor que nos alegra estos años de madurez plena. Gracias por todo, contribuyendo a fraguar esta amistad de nuestros años verdes.-

Gracias a Ustedes Noveneros amigos de siempre

Nos escribe Roberto Casabianca


Gracias por tanto afecto!!!
Te quiero mucho!!!Cabezón
Un fuerte abrazo.

Encuentro con el Cabezón!

“Si, no me esperés porque ya sabés que cuando voy con mis amigos a Pompeya suelo tardar bastante.”

Y allí parto, camino acostumbrado. Un poco más lento que de costumbre por los interminables inconvenientes de tránsito a los que se suman los debidos al fin del feriado largo y la tormenta terrible que soportamos. Pero se hace imprescindible ir para saber a ciencia cierta si la inundación llegó por la redacción Novenera. Recordar aquello que dice el tango “San Juan y Boedo Antiguo, Pompeya y más allá la inundación...”

En el camino, celular de por medio me contacto con Néstor y el Gulli, ambos siempre presentes y deseosos de compartir esos gratos momentos, con sabor a lindos recuerdos, risas y algarabías estudiantiles.

Quedamos en encontrarnos en el Café de Saenz y Amancio Alcorta, pese a las protestas de uno de ellos por cuanto afirma que el cortado en jarrito trae poca cantidad, que es caro y que la galletita que lo acompaña es vieja. –Sabor a Barrio! – afirmamos los otros dos. - Lo de la humedad al lado del Riachuelo tiene remembranzas Gardelianas. La verdad es que los tres sabemos que algo de cierto hay en la afirmación de éste sabio Novenero, pero triste sería ir a Pompeya y no tener esas sensaciones tan propias del lugar. Bonavena, ese tan querido Ringo frecuentaba éste lugar. Los ravioles dicen que son espectaculares!



Risas y apretado abrazo entre los tres a medida que vamos llegando. El primero en hacerlo fue el Gulli, a continuación yo y luego de mucho rato Néstor. –¿Cómo tardaste tanto?- Hasta que advertimos los broches de la ropa en la botamanga de sus pantalones. ¡Néstor fue hasta Pompeya en bici! – Y sí; nos cuenta; el tránsito es una locura. Yo en la bici esquivo embotellamientos, baches y sobre todo..boludos,ja,ja...

En eso estábamos, absortos en el relato de cada uno sobre la tormenta y su experiencia particular al respecto, cuando el Gulli, que estaba sentado frente a una de las ventanas que dan a la Avda.Saenz casi se atraganta con un sorbo de café.
–¡Miren, miren- pero si es el Súper Cabezón Casabianca que va a bordo del 129! -¿Viniendo de Provincia? –Gulli vos estás loco. El Cabezón no se mueve de Santa Fe. Está achanchado. Vive frente al televisor. Para colmo, lo agarró el suceso televisivo de Chávez, después Francisco, la tormenta, y ahora el pajarito chiquitico de Maduro La esposa hace grandes esfuerzos para sacarle el televisor de adelante, ja,ja.

Sin acordarnos ya de lo observado por el Gulli y su emocionante aviso, continuamos un rato más y despacito dirigimos nuestros pasos a la Redacción Novenera temerosos de lo que hubiera podido ocurrir con los acontecimientos meteorológicos. Todos nuestros objetos de valor se conservan en ese lugar. Imagínense lo que sería que se arruinara el borceguí del Patón Sandiano o la imprenta de Borras o tantos otros documentos muy valiosos allí guardados.

Algo o alguien estaba sentado en el umbral. Sólo un bulto, o quizás dos, alcanzábamos a divisar.

Si; eran dos bultos, uno arriba del otro. El de arriba mucho más grande que el de abajo. Nos fuimos acercando pensando que serían las pertenencias de los Noveneros embolsadas y sacadas fuera del área inundada por un alma caritativa.

Allí, a unos cincuenta metros advertimos que se trataba de una persona. Y allí el Gulli gritó: -Vieron chambones ¡es el Cabezón!


 Casi corriendo vamos a darle un abrazo y a averiguar tantas cosas que se nos cruzaban en ese momento por la mente, estábamos más que recontra sorprendidos con su presencia. –Lo debe haber rajado la mujer de la casa, dice en voz alta uno de nosotros,- no para mí que se perdió en Buenos Aires y vino para acá- pero no, si venía de Provincia y en ómnibus.....

Al fin se dilucidarían nuestras dudas. Llegamos a lo que pensábamos eran dos bultos, uno de ellos enorme, lo que iba a resultar ser la cabeza de Roberto...pobre, soportar tanto peso encima de los hombros durante toda su vida.....

- Dónde m... estaban? – ¿Ustedes laburan o se vienen de joda a Pompeya? – Pará Cabezón que el que tiene que aclarar cosas sos vos, -reclama el Gulli impaciente. ¿De dónde venís y que andabas haciendo? –Mirá, dice respirando profundo, tengo un pariente algo cercano en La Plata y preocupado por su situación, dado que no andan los teléfonos decidí llegarme a su domicilio a ofrecer mi ayuda, me tomé el ómnibus anoche en Santa Fe, fuí a La Plata, no pude encontrar a mi pariente, así que lo primero que ví pasar fue un ómnibus y sin saber a ciencia cierta adonde iría a parar me subí¿va para Capital? –pregunté – Estás en la Capital- me contestó algo ofuscado el chofer que ya había arrancado haciendo grandes oleajes- tuve que evitar calentarme y explicarle que era a la Capital Federal, -si me informó y así fue como aparecí por Lanús y atravesando el Puente Alsina aparecimos en Pompeya.

Ahí nomás saqué mi agenda y ví la dirección de Noveneros. Ésta es la mía! me alegré- ésta es la casa de todos los Noveneros así que dénme de comer y albérguenme por unos días hasta que localice a mi pariente.

Entre los tres cruzamos miradas de incredulidad, pero la alegría de ver al Cabezón superó toda duda que pudiéramos tener. – Cabezón estás en tu casa, pero mejor vas a estar en la casa de uno de nosotros¿no te parece? – No quisiera molestar, pero lo discutimos dentro de un rato después que me inviten con alguna de las medialunas de Agostiño a las que ustedes viven haciendo propaganda y unos mates con esa yerba La Merced – del monte; que es la que vos usás Néstor.

Miren, ya que estoy acá me gustaría sacarme algunas dudas. –Adelante, respondo. Muéstrenme los tesoros que aseguran tener acá guardados y entre los cuales debería estar mi birrete. Mirá Cabezón, todos los objetos son celosamente custodiados por quienes hoy tenemos el placer de acompañarte, pero tu birrete está cumpliendo una misión solidaria muy importante. ¡No me digas!¿Cuál? – Es una de las carpas que debés haber observado en el Barrio de Tolosa allá en La Plata. Está albergando unas cincuenta familias más algunos niños y ancianos, además está la cocina del Regimiento.



No les puedo creer, son unos hijos de...., ¡¡¡les doy dos horas de plazo para recuperar mi preciado birrete que con tanto amor lo puse al cuidado de quienes creí muy serios!!!!

GRACIAS CABEZÓN - TE QUEREMOS MUCHO Y AGRADECEMOS TODO LO QUE HACES POR LOS NOVENEROS!!

miércoles, 3 de abril de 2013

NOVENEROS : Verdaderos amigos



Un joven recién casado estaba sentado en un sofá en un día caluroso y húmedo, bebiendo jugo helado durante una visita a su padre. 
Mientras conversaba sobre la vida, el matrimonio, las responsabilidades y las obligaciones de las personas adultas, el padre revolvía pensativamente los cubos de hielo de su vaso y lanzó una mirada clara y sobria hacia su hijo.

"Nunca olvides a tus amigos", - le aconsejó, "serán más importantes en la medida en que vayas envejeciendo".

"Independientemente de cuanto ames a tu familia y los hijos que por ventura vayas a tener, tu siempre necesitarás de amigos. Recuerda ocasionalmente salir con ellos, realiza actividades con ellos, telefonéalos..."

"¡Que extraño consejo!", pensó el joven. "Acabo de ingresar al mundo de los casados, soy adulto y con seguridad mi esposa y la familia que iniciaremos serán todo lo que necesito para dar sentido a mi vida".

Con todo, él obedeció a su papá; mantuvo contacto con sus amigos y anualmente aumentaba el número de ellos. Con el pasar de los años, él fue comprendiendo que su padre sabía de lo que hablaba.

En la medida en que el tiempo y la naturaleza realizan sus designios y misterios en un hombre, los amigos resultaron baluartes de su vida.

Pasados los 50 años de vida, he aquí lo que aprendió:

El tiempo pasa.
La vida continúa.
La distancia separa.
Los niños crecen.
Los hijos dejan de ser niños y se independizan. Y a los padres se le parte el corazón pero los hijos se van separando de los padres.
Los empleos van y vienen.
Las ilusiones, los deseos, la atracción , el sexo...se debilitan.
Las personas no hacen lo que deberían hacer.
El corazón se rompe.
Los padres mueren.
Los colegas olvidan los favores.
Las carreras terminan.
Mas, los verdaderos amigos siempre están ahí, no importa a cuánto tiempo o a cuantos kilómetros se encuentren.

Un amigo nunca está más distante que el alcance de una necesidad, haciendo barra por ti, interviniendo a tu favor, esperándote de brazos abiertos o bendiciendo tu vida.

Cuando iniciamos esta aventura llamada VIDA, no sabíamos de las increíbles alegrías o tristezas que estaban delante. No sabíamos de cuanto necesitaríamos unos de otros. Ama a tus padres, cuida a tus hijos pero manten un grupo de buenos amigos. Dialoga con ellos pero no impongas tus criterios.

Mis queridos compañeros Noveneros. La amistad es lo que perdura. Un abrazo muy grande.

martes, 2 de abril de 2013

Tan sólo una frase...



“No tengamos temor de los que están encaramados, porque lo que nos parece altura es despeñadero”. (Séneca)