sábado, 13 de abril de 2013

Volvió y está como loco!!!

Escuchame Gulli, el Cabezón se fue reofendido con el tema del birrete. Me habló por TE diciendo que no se vuelve a Santa Fe si no es llevándose el birrete, yo le dije que vaya alquilando un semi,ja,ja.. Aparte de todo no vamos a descapitalizar nuestro museo porque a cada uno se le ocurra llevarse el objeto que le pertenece. Pensá que junto con el Cabezón caiga el Coco Gramaglia también buscando su birrete y el Patón su borceguí.

Decidido: No le damos bola a ninguno, y el Cabezón entra en esa calificación: Ninguno!

Chocamos nuestras manos en señal de acuerdo, vaciamos el mate, apagamos la luz y a punto de ya colocar el candado en la puerta, un grito karacatesco, algo así como ¡Yaaaaaaaaahhhhhhhh! se dejó escuchar por todo Pompeya y aledaños, hasta los paraguayos de la villa se asustaron, y enseguida otro grito impresionante como ¡Uajjjjjjjjjjjjjj! nos golpeó fuertemente los tímpanos.
 ¡¿Qué pasa!? – preguntamos sobresaltados y alcanzamos a ver la figura en forma de lámpara de 25 W.¡Era el Zabiolón mayor de Santa Fe! ¡Qué te pasa boludo! – dijimos a coro de tres voces- ¡Todavía tienen el tupé de preguntarme, qué me pasa! – manga de ladrones. Me robaron lo que más quiero en la vida después de mi familia ¡Me robaron el birrete! – Pará Cabezón! – Te explicamos que está cumpliendo una misión solidaria. Además ¿de dónde sacamos un semi? Defensa Civil tiene todos los mioncas ocupados! Te prometemos que ni bien podamos recuperarlo te lo ponemos en custodia nuevamente.

Néstor, sin que el Cabezón lo viera me hace un corte de manga y por lo bajo me dice –¡De acá! Esa reliquia no abandona Pompeya.-Acaso no nos juramentamos hace un ratito apenas? – Sí Néstor pero el Cabezon está que bufa, con algo hay que conformarlo. Esperá que le cambio el tema......

Qué te parece querido Roberto si nos acompañás a dar una vuelta por el barrio, te presentamos a los amigos, vemos la Iglesia, Agostiño, el afanador de ruedas, tantas cosas lindas que existen por acá, y de paso comemos unos ravioles de película en el Restaurante de la esquina de Amancio Alcorta. También podemos ir por la Saladita de Pompeya y le llevás algún regalito a la patrona... dale si vos sos más bueno que Lassie...

-Miren trío de boludos aporteñados, no crean que me ablandan con versos como esos, soy tercer dan de Judo y cinturón negro de Karate Kuo

-¿Qué será eso? – Pienso para mis adentros, pero seguro que es algo de eso que usan machetes, cachiporras.. El Gulli estaba muy asustado
y aún sordo del oído derecho porque el grito lo pegó el Zabiolón justo al lado de él ¡y apuntandole a la oreja! – A comer adónde? – preguntó. – No! - me quieren distraer y vos dejate de hacer el sordo o te reviento- pero ya una sonrisita se asomó en la cara del poseedor de tan majestuoso aparato contenedor de cerebro, sonrisita que es advertida por Néstor quien se anima a pasarle un brazo por el hombro y calmarlo aún maás con su calma que en él es habitual. – Vamos hermano, te acordás de Balboni y el dulce de leche Chelipppta?, ja, ja.

Bueno, yo los quiero mucho y sé que se rompen todo por Noveneros. En virtud de ello los perdono, pero los conmino a que en un plazo prudencial recuperen mi birrete y me avisen.

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Dale Roberto, no dejés esa salcita. Es una delicia. Qué lindos aros compraste para tu señora en la Saladita y todo lo demás que te salió en total veinte pesos. -Lo que más me gustó comprar son éstas cinco docenas de medialunas de Agostiño. Amigazos los quiero mucho!, ja,ja ....siguen los abrazos....

GRACIAS CABEZONASO!!! SOS UN GENIO!!!



martes, 9 de abril de 2013

Abrazar a Francisco, para reencontrarme con Bergoglio



Me recibió con un afectuoso: "¡Sergio, qué bueno que estás acá! ¿Te colaste? Y en realidad, una vez más.tenía razón


Fue en la primera audiencia del papa Francisco  con los líderes de las diferentes religiones.  Allí me reencontré con el querido Bergoglio. En el marco imponente de la Sala Clementina, el abrazo trascendió la formalidad del protocolar saludo para ver en su sonrisa y gesto cercano a quien, investido como papa, era nuestro Bergoglio de siempre. Así, con los gestos que son tan suyos, es cálido, directo, íntimo. Con el humor de quien no pierde la sonrisa ni la frescura aun desde esas alturas, recuperando en cada uno la misma apertura, para finalizar pidiendo que sigamos rezando por él. Me presenté tan solo para bendecir y agradecer este momento. El gesto del abrazo corona un camino de quien es mi referencia, pero también el compromiso renovado por el desafío que nos convoca. "Ahora que estoy ante Francisco, vuelvo a abrazar a mi rabino Bergoglio", le dije. Me regaló una sonrisa y, con su humor tan particular, me recibió con un afectuoso: "¡Sergio, qué bueno que estás acá! ¿Te colaste?




Con el humor de quien no pierde la sonrisa ni la frescura aun desde esas alturas
Y en realidad, una vez más.tenía razón.
Sin entrar en los detalles, no había sido incluido en la delegación formal de representantes de instituciones judías ante el Vaticano y, frente a la rigurosidad infranqueable del protocolo vaticano, aun con la colaboración de los propios dirigentes de la comunidad judía tanto argentina como internacional que estaban presentes, no fue posible incluirme para la audiencia, hasta que, como era previsible, fueron mis amigos sacerdotes y obispos como es el que caso de monseñor Sanchez Sorondo, quienes hicieron llegar la voz para que fuera el mismo papa Francisco quien instruyera a la Secretaría de Estado para que me dieran el acceso, y celebrar en ese mínimo instante que fue eterno para reencontrarnos y poder vernos.

Luego del abrazo de reencuentro, rezamos.

Nuestra milenaria tradición judía prescribe recitar una bendición cuando uno está frente a un sabio y gran maestro de la humanidad. Así que con la alegría del corazón y el alma exaltada en gratitud, recité en hebreo la bendición para concluir juntos diciendo los dos como uno: Amén.

¡Qué emoción! ¡Qué energía! Un momento único que quedará por siempre en el corazón y en el alma, un surco fértil de espacio-tiempo que dará su fruto en la buena cosecha del porvenir.

El papa Francisco nos dejó un mensaje pleno de bondad y amor, uniendo las iglesias cristianas, aun las ortodoxas orientales, que hacía un milenio no estaban presentes en estas instancias. Dando señales inequívocas de unidad para la tarea ecuménica en el cristianismo refirió a la dimensión interreligiosa dando un especial lugar al vínculo judeocristiano.

Sigo aún emocionado, mientras escribo estas últimas líneas. El abrazo a Francisco renueva un pacto para esta nueva era, la bendición elevada en oración de un nuevo tiempo donde seguimos guiados por el corazón generoso de nuestro pastor y maestro, el papa Francisco que no es otro que el mismo Padre Jorge, el tan querido y valorado Bergoglio.

Gracias Néstor por tu colaboración para los NOVENEROS

lunes, 8 de abril de 2013

DIOS SIEMPRE LLEGA EN EL MOMENTO JUSTO !!


Envío de Néstor Peresón


 
El monaguillo se puso su ropa para el frío y le dijo al sacerdote,:
OK, padre, estoy listo'.
 el Padre, le dijo,'Listo para qué?'

'Padre, es hora de ir afuera y repartir nuestros volantes.'
El padre respondió, 'Hijo, esta muy frío afuera y está lloviznando.'

El niño miró sorprendido al padre y le dijo, 'Pero Padre, la gente necesitan saber de Dios aún en los días lluviosos.'   
El Padre contestó , 'Hijo yo no voy a ir afuera con este tiempo.'

Con desespero, el niño dijo, 'Padre, puedo ir yo solo? Por favor?
el padre titubeó por un momento y luego dijo, 'Hijo, tú puedes ir. Aquí tienes los volantes, ten cuidado.'

'Gracias padre!'
Y con esto, el niño se fue debajo de la lluvia. El niño de 11 años caminó todas las calles del pueblo, repartiendo los volantes a las personas que veía.

Después de 2 horas caminando bajo la lluvia, con frío y su último volante, se detuvo en una esquina y miró a ver si veía a alguien a quien darle el volante, pero las calles estaban totalmente desiertas. Entonces él se viró hacia la primera casa que vio,  caminó hasta la puerta del frente, tocó el timbre varias veces y esperó, pero nadie salió. 

Finalmente el niño se volteó para irse, pero algo lo detuvo. El niño se volteó nuevamente hacia la puerta y comenzó a tocar el timbre y a golpear la puerta fuertemente con los nudillos. Él seguía esperando, algo lo aguantaba ahí frente a la puerta. Tocó nuevamente el timbre y esta vez la puerta se abrió suavemente.
 Salió una señora con una mirada muy triste y suavemente le preguntó:
'Qué puedo hacer por ti, hijo.'
Con unos ojos radiantes y una sonrisa que le cortaba las palabras, el niño dijo,:
'Señora, lo siento si la molesté, pero sólo quiero decirle que   .....*DIOS REALMENTE LA AMA * y vine para darle mi último volante, que habla sobre DIOS y SU GRAN AMOR.

El niño le dio el volante y se fue.
Ella solo  dijo:
'GRACIAS, HIJO, y que DIOS te bendiga.'
Bien, el siguiente domingo por la mañana el padre estaba en el púlpito y cuando comenzó la Eucaristía preguntó:

'Alguien tiene un testimonio o algo que quiera compartir?.

Suavemente, en la fila de atrás de la iglesia, una señora mayor se puso de pie. Cuando empezó a hablar, una mirada radiante y gloriosa brotaba de sus ojos:

'Nadie en esta iglesia me conoce. Nunca había estado aquí, incluso todavía el domingo pasado no era Cristiana.
Mi esposo murió hace un tiempo atrás dejándome totalmente sola en este mundo. El domingo pasado fue un dia particularmente frío y lluvioso, y también lo fue en mi corazón; ese día llegué al final del camino, ya que no tenía esperanza alguna ni ganas de vivir.
Entonces tomé una silla y una soga y subí hasta el ático de mi casa. Amarré y aseguré bien un extremo de la soga a las vigas del techo; entonces me subí a la silla y puse el otro extremo de la soga alrededor de mi cuello.
Parada en la silla, tan sola y con el corazón destrozado, estaba a punto de tirarme cuando de repente escuché el sonido fuerte del timbre de la puerta.
Entonces pensé, 'Esperaré un minuto y quien quiera que sea se irá'.
 Yo esperé y esperé, pero el timbre de la puerta cada vez era más insistente, y luego la persona  comenzó a golpear la puerta con fuerza.

Entonces me pregunté, QUIEN PODRÁ SER?
Jamás nadie toca mi puerta ni vienen a verme!
Solté la soga de mi cuello y fui hasta la puerta, mientras el timbre seguía sonando cada vez con mayor insistencia.

Cuando abrí la puerta no podía creer lo que veían mis ojos, frente a mi puerta estaba el más radiante y angelical niño que jamás había visto.
Su sonrisa, ohhh, nunca podré describirla! Las palabras que salieron de su boca hicieron que mi corazón, muerto hace tanto tiempo, volviera a la vida, cuando dijo con voz de querubín:  'SEÑORA , sólo quiero decirle que DIOS realmente la ama.'

'Cuando el pequeño ángel desapareció entre el frío y la lluvia , cerré mi puerta y leí cada palabra del volante.
Entonces fui al ático para quitar la silla y la soga.
Ya no las necesitaría más. Como ven  . . .ahora soy una hija feliz del REY.
Como la dirección de la iglesia estaba en la parte de atrás del volante, yo vine personalmente decirle GRACIAS a ese pequeño ÁNGEL DE DIOS que llegó justo a tiempo y, de hecho, a rescatar mi vida de una eternidad en el infierno.'
Todos lloraban en la iglesia. 
El Padre bajó del púlpito hasta la primera banca del frente, donde estaba sentado el pequeño ángel; tomó al niño en sus brazos y lloró incontroladamente.

Probablemente la iglesia no volvió a tener un momento más glorioso.
 
GRACIAS NÉSTOR. ESPECIAL PARA ESTOS DIAS.