lunes, 23 de junio de 2014

Relato en primera persona del Brig.(R) Luis Guillermo Castellano, Ex Comandante Componente Aéreo Malvinas.


“Honor a todos los heroicos defensores del “Alcázar de Malvinas”


“Han pasado veinte años de la Gesta el Atlántico Sur, tiempo en el cual mantuve el silencio, pese a las múltiples dudas y distorsiones que intereses subalternos y mezquinos han dicho y escrito sobre los hechos heroicos que se sucedieron. Lo hice como una norma de conducta adoptada, en homenaje a todos los caídos.
Pese a todo, ahora se nos respeta, como una nación que tiene el valor de luchar y dar la vida de sus hijos, por defender lo que se considera propio.
El amanecer del 2 de abril, luego del primer impacto emocional al pisar el querido suelo malvinero, rodaron nuestra primeras lágrimas, mientras reemplazábamos en el mástil del aeropuerto, la bandera británica por la CELESTE y BLANCA, que nos acompañaría en toda la contienda, haciendo realidad el sueño de muchas generaciones de argentinos, que a lo largo de 149 años vivieron y murieron pensando en esta histórico momento.
Este hecho y los que a partir de allí se sucedieron, se agigantan con el transcurrir del tiempo. Estoy convencido que los que tuvimos la fortuna de protagonizarlo,no lo olvidaremos jamás.
Quien ha tenido el honor de comandar hombres de cuyo valor y coraje, tuvo sobradas muestras el enemigo, no necesita lograr ya mas nada en la faz profesional. En este aspecto, ha logrado todo.
Soy uno de los que tuvo ese raro privilegio y como reconocimiento a tan grande honor, dedico estas reflexiones, con sincero orgullo, a los camaradas de la FUERZA AÉREA ARGENTINA, que sin distinción de cargo o jerarquía, me acompañaron a las islas. En agradecimiento al profesionalismo, lealtad, coraje y espíritu,puesto de manifiesto en cada circunstancia que nos tocó vivir. Los avatares dela contienda, me permitieron compartir con ellos momentos de éxito y de dolor,como simples soldados en el cumplimiento de su deber en la EPOPEYA DEL ATLÁNTICO SUR.
Cuandola Conducción Superior cambió los objetivos de la recuperación de las islas, la Fuerza Aérea planifica y ejecuta la operación de transporte aéreo, más grande de su historia. “El Puente Aéreo a Malvinas”. Traslada en el mes de abril, durante las 24 hs. del día, el 90% de los medios necesarios para el combate (hombres, armamento, munición, vehículos,etc.).
A partir del 1ro de mayo, afrontando riesgos y sacrificios sin límites, batallaron hasta el último día luchando contra la adversidad, con el solo objetivo de brindarnos la ansiada ayuda.       
Recuerdo algunos de esos vuelos, en que el profesionalismo, la idoneidad y el ingenio de las tripulaciones, permitieron trasladar lo que en principio parecía imposible. Así fue como la batería misilística Rolland, los cañones SOFMA de 155mm y la batería misilística Exocet MM39, estuvieron en las islas.
La lluvia, el viento y el frío, nunca fueron obstáculos para las tripulaciones, ni para el personal de la Terminal Aérea. Con elevada capacidad e ingenio pudieron superarlos, organizando, almacenando y distribuyendo ordenadamente, todo lo que llegaba.
El 19 de abril, arriba un grupo humano singular. Eran 19 civiles acompañados por un selecto núcleo de suboficiales. Se trataba de los radioaficionados pertenecientes al Radio Club Córdoba y Carlos Paz. Estos hombres escuchando el llamado de la Patria, abandonan todo y sin dudar ni pedir nada, se presentaron voluntariamente munidos de sus valiosos equipos personales. Ellos integran la ROA (Red de Observadores del Aire), elemento vital para la conducción de operaciones aéreas. El conmovedor espíritu de entrega y el profesionalismo de sus hombres, al iniciarse las acciones bélicas, se transformaron en una pieza clave e imprescindible de la defensa, tanto aérea, terrestre o naval.
Su incansable vigilia, su inquebrantable espíritu de sacrificio y su ejemplar vocación de servicio, ayudó en buena medida al éxito de muchas misiones de combate. Su principal y más importante misión fue la de las oportunas alertas tempranas,que sin lugar a dudas salvaron muchas vidas humanas.
En síntesis,su heroico y patriótico desempeño, contribuyó a que la Fuerza Aérea Argentina,escribiera páginas de gloria para la historia de la Patria.
En la madrugada del 1ro. de mayo, nos encontrábamos descansando en nuestro Puesto de Comando, cuando un trueno ensordecedor nos levantó en vilo. Inmediatamente me comunico con el jefe de la “BAM Malvinas”, comandante Destri, quién lacónicamente me informa que un “Vulcan” bombardea la pista.
Se alerta ala “Base Aérea Militar Cóndor” ubicada en Darwin y se ordena que con las primeras luces, los IA 58 Pucará  se desplieguen previendo un segundo ataque.
Nuestra ansiedad es muy grande, esperando el alba para ver los resultados del ataque.Por suerte, una sola bomba “toco” la pista, no impidiendo su operatividad. El rosario colocado oportunamente cumplió su objetivo y dio sus frutos.
Un milagro sucedió. Las 17 bombas de 1.000 kg. arrojadas tardíamente alcanzaron de lleno el vivac, donde la noche anterior había dormido toda la tropa. Solo tuvimos que lamentar la pérdida de la vida de dos soldados que estaban de guardia.
A las 08:15hs. se produce el segundo ataque, simultáneamente a las dos Bases Aéreas Militares con aviones “SEA HARRIER en vuelo bajo, esta vez la artillería antiaérea,habiendo superado la sorpresa del primer ataque, estaba alerta y les hace pagar caro su osadía.
Tan caro, que a partir de ese día, nunca más volvieron a atacarnos en vuelo bajo. Este proceder puso en duda la capacidad o decisión de lucha de los pilotos ingleses que no se aproximaron más a los blancos medianamente defendidos.
A partir del mediodía, se acerca a Puerto Argentino parte de la flota británica y comienza el ataque  en pleno día contra nuestras posiciones. En nuestro Centro de Información y Control, (CIC) la situación se pone caótica. Esta empeora cuando empiezan a llegar las escuadrillas de combate y los enlaces radio eléctricos son ineficientes. Esta grave falencia es subsanada por la eficiencia e idoneidad de los operadores del Radar de Control Aéreo (VYCA), quienes asumen la responsabilidad de guiar con seguridad y eficacia a nuestros cóndores de acero que ponen en fuga al enemigo.
Lamentablemente,el dios de la guerra, aún no estaba satisfecho con nuestros heroicos muertos de esa mañana. Nos faltaba, aún, un castigo mayor.
El capitán García Cuerva no teniendo combustible suficiente para el regreso en su Miraje(M-III) y en lugar de eyectarse, pretendió salvar el avión intentando una terrizaje de emergencia en Puerto Argentino. El nerviosismo, la falta de coordinación y la inexperiencia hicieron que nuestra propia artillería antiaérea,al eyectar los tanques de combustibles suplementarios, lo confundieron con el enemigo y lo derribaron.
En ese inolvidable día, la brutalidad de la guerra, nos daba su último cachetazo.
Nuevamente surcaron nuestros ojos las lágrimas del dolor y la impotencia. Fue incluso para nosotros, la eficacia de la artillería antiaérea. Aquí quisiera destacar la presencia de soldados aeronáuticos, que tan valientemente integraron las dotaciones de las piezas de artillería. En aquel histórico primero de mayo,desde su humilde puesto de combate, tuvieron el privilegio y el honor de compartir el glorioso BAUTISMO DE FUEGO de las Alas de Patria.
En un derroche de coraje y patriotismo, lucharon codo a codo, al lado de sus superiores, tratando de frenar los embates del invasor que los acosó por mar y aire.
Digno de destacar, también fue el desempeño del Escuadrón Pucará al mando del Mayor Navarro, única unidad aérea que combatió desde las islas. Inicialmente estuvo basada en la Base Aérea Militar Cóndor, operando desde un “fangoso potrero”,pomposamente llamado pista. Han demostrado, tanto los aparatos como sus tripulaciones, una enorme fortaleza, mucha flexibilidad operativa y la pericia muy profesional que les permitió cumplir acabadamente con su misión. Pese a las pocas posibilidades de éxito que tenía por su velocidad y tamaño, confrontado aun sofisticado enemigo, nunca dudaron en jugarse en apoyo de sus camaradas defendiendo la bandera. Hasta las últimas consecuencias, si era necesario.
Un ejemplo cabal fue la encarnizada defensa de Darwin en que operando desde Puerto Argentino, aterrizaban cubiertos de impactos, recargaban y volvían a salir,solo para dar el último aliento ayudando a quienes, luchaban metro a metro por ese querido rincón patrio.
No quisiera olvidar al valiente y estoico personal de apoyo técnico de dicho escuadrón. Su jefe, el Mayor Argente junto a sus hombres, en lo más dramático del combate,solucionaron con capacidad e ingenio, todas las deficiencias para mantener losaviones en servicio.
Por las noches, entre mate y mate, esperábamos la aparición de las “nocheras”. Las fragatas que se acercaban a cañonear sistemáticamente la Base Aérea Militar Malvinas y la zona de despliegue del Componente Terrestre, hasta altas horas dela madrugada. Si bien, la magnitud de los daños eran poco significativos, el efecto psicológico era notorio.
Quiero hacer llegar mi reconocimiento a los estoicos “ganchos salvajes” (personal de comunicaciones), que al mando del Capitán Zanardi y el “pelado” Barbe, pusieron de manifiesto su gran profesionalismo, montando y desmontando cuantas veces fuere necesario la Central de Comunicaciones de la Fuerza Aérea, único equipamiento que se mantuvo en servicio hasta último momento. Los Gloriosos Equipos “Grinel” que demostraron su excepcional efectividad. Nunca el enemigo logró interferirlo y eso nos ayudó a no sentirnos solos.
Recuerdo todavía las lágrimas de Barbe, cuando tuvo que destruirlo. Las leyes de la guerra son así. En lugar de llevarlo a un pedestal,había que romperlo. ¡Qué ingratitud!
En esos 45 días, con sus alucinantes noches, todo el personal dela Fuerza Aérea, siempre puso de manifiesto, su gran espíritu de cuerpo, alegrándose con los éxitos y particularmente, uniéndose en el dolor de las pérdidas.
En nuestro puesto de comando, al tomar conocimiento del desarrollo de una misión, por ejemplo, el rescate de un piloto eyectado, inmediatamente el Mayor Guerrero, oficial de abastecimiento era el encargado de mantener encendida una velita al pie de la Virgen de Loreto, obsequio de nuestro Comandante en Jefe. Y a no dudarlo, el consumo de velas debió sumar varios cientos.
Finalizada la contienda y durante nuestro cautiverio, dicha imagen permaneció en poder de nuestro capellán, el Padre Pacheco. Hoy se encuentra entronizada en la IX Brigada Aérea, al lado de la placa que perpetúa la memoria de los héroes que cayeron en defensa del Honor Argentino.
El 28 y 29 de mayo, durante la caída de Darwin, a pesar de la enorme frustración y amargura que nos deparó la derrota, quiero destacar el orgullo que me produjo el saber, que si algo de honroso tuvo la defensa de la zona, se debió particularmente al heroísmo y profesionalidad de los hombres dela Fuerza Aérea, con su jefe, el Vicecomodoro Pedrozo.
Su decisión, su valor y su conducción militar en la batalla fueron un ejemplo de soldado.
Al finalizar el combate hizo formar a sus efectivos y luego de entonar el Himno Nacional Argentino, procedió con honor, la entrega al vencedor.
Un párrafo aparte, merece el Escuadrón de Helicópteros, que al mando del Mayor Posse, cumplió heroicamente todas las tareas sin medir riesgos ni sacrificios, volando 570 horas sin novedad.
Merced a la capacidad y coraje de sus tripulaciones, el 10 de junio, al considerarse ya inútil su permanencia en las islas, por iniciativa desu jefe de escuadrón y con autorización del subscripto, los dos “Chinook”emprendieron el regreso. En un épico vuelo, sorteando la detección del enemigoy bombeando a mano el combustible, llegaron cargados de gloria a la base de Río Grande. También quiero hacer una mención especial de los “Bell 212” que deseaban intentar el cruce. Dada la evaluación realizada y estimando las remotas posibilidades de éxito, se decide no autorizar el vuelo, para preservarla vida de tan valiosa tripulación. Fue una demostración más del patriotismo y profesionalidad de los helicpteristas. 
El día 8 de junio, se produce el ataque a Bahía Agradable, “el día más negro de la flota”, oportunidad que la Fuerza Aérea infringe el castigo más duro al enemigo, destruyendo dos buques de desembarco y averiando dos más.
Una mención particularmente destacada merece la dotación de la Base Aérea Malvinas. Dicha unidad estuvo al mando del Comodoro Destri, quien fue secundado por el mejor jefe de regimiento desplegado en las islas, el teniente Coronel Mohamed Alí Seineldín, con su Regimiento de Infantería RI 25.
Desde el primer momento hasta el último, el enemigo concentró su ataque en forma sistemática sobre la península donde estaba situada nuestra base.
Procuraron por todos los medios, destruir la pista de aterriza jeque era el único enlace que nos quedaba con el continente, ya que la flota Argentina, prácticamente había desaparecido.
Nuestros hombres, conscientes, de que bajo su responsabilidad estaba la posibilidad de mantener la capacidad combativa de nuestra guarnición,realizaron un supremo esfuerzo para negarle al enemigo el logro del objetivo buscado, no midiendo riesgos ni sacrificios. Resistieron a pie firme los embates del invasor que durante la contienda, descargó aproximadamente 130 toneladas de explosivos de todo tipo, fracasando estrepitosamente en todos sus intentos.
Asimismo, no debemos olvidar, que bajo su responsabilidad, estaba la recepción y descarga con la máxima celeridad y eficiencia de los vuelos delas poderosas e inolvidables “chanchas”, los Hércules C-130, que como consecuencia del bloqueo debían operar a cualquier hora de la noche y bajo condiciones climáticas críticas.
Cumplieron su misión hasta el último día, manteniendo en esa forma ese vital enlace, que nos permitió sostener nuestra inquebrantable voluntad de lucha.
Al cesar las operaciones, hombres del Estado Mayor del Gral. Moore, al comprobar la operatividad de la pista, no podían creer que nuestros heroicos combatientes les habían negado el logro del objetivo más buscado.
Antes de finalizar, quiero destacar la labor encomiable de nuestros hombres de la Sanidad, que integrados al Hospital de Campaña que funcionabaen Puerto Argentino, pusieron de manifiesto su capacidad profesional, su espíritu de entrega y sacrificio. Trabajaron sin descanso           
En síntesis, el espíritu de sacrificio sin límites, el coraje, y el patriotismo puestos en cumplimiento de la misión asignada, merece que conjuntamente con nuestro reconocimiento digamos con orgullo:
“Honor a todos los heroicos defensores del “Alcázar de Malvinas”.”
     
Brig. R. Luis Guillermo Castellano.
Ex Comandante Componente Aéreo Malvinas.

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