miércoles, 14 de noviembre de 2012

Néstor Peresón y Semanalidad...

Una pequeña mujer sonreía mientras ofrecía flores a todo el que pasaba por allí. Su arrugado rostro resplandecía de alegría. Tomé una de sus flores y le dije: ¡Qué feliz está esta mañana!

¡Claro!, exclamó. Sobran los motivos.

Aquella mujer vestía tan pobremente y se veía tan frágil, que su actitud me intrigó, entonces continué el diálogo: ¡Qué bueno una persona sin problemas, en estos tiempos!

Ella me explicó entonces: Cuando crucificaron a Jesús, el Viernes Santo, fue el día más triste de la historia… Y tres días después Él resucitó. Por eso he aprendido a esperar tres días siempre que algo me aflige. Las cosas siempre se arreglan de una u otra manera en ese tiempo.

Me fui para el trabajo y ella seguía sonriendo ofreciendo sus flores.

Sus palabras me vienen a la mente cada vez que estoy en dificultades: “Hay que esperar tres días”

¿Podremos tener la paciencia de esperar tres días?

“…y colocó dos pequeñas monedas de cobre”



Marcos 12, 42

Uno… dos… tres... ¡Linda Semana!

Gracias Néstor

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