viernes, 8 de febrero de 2013

Consolidar nuestra amistad




Toda relación entre personas es una construcción que se consolida, enriquece y trasciende a través de experiencias compartidas, en las cuales nos ponemos en evidencia ante el prójimo en la medida que lo conocemos en su escencia.

Conocer, significa en cierta medida, acceder al prójimo real, no el idealizado. A menudo la desilusión que una persona nos produce, proviene de no haber visto en ella lo obvio.

Todo vínculo es una construcción posible y real entre seres reales. Por eso, a veces, lo que consideramos una traición del otro es el fin de una ilusión propia.

El otro no ha cambiado, siempre estuvo allí, pero dependientes de lo que creíamos que sólo esa persona nos podría dar, fuimos negando las señales.

Confiar en que ciertas leyes mágicas nos llevaran al encuentro de un alma gemela, puede significar el abandono de la responsabilidad propia en la cimentación del vínculo. Eso nos pone a merced de quienes ven en los otros a meros objetos que pueden ser manipulados para la conveniencia propia.

Es entonces cuando nuestro propio capital emocional puede ser desvirtuado y operado contra nosotros.

A veces alcanza con retirarse cuando esto se produce, en otras oportunidades, cuando la historia del vínculo lo amertita, denunciar la manipulación puede ser una forma de confrontar al otro con su responsabilidad, o de comenzar a trabajar juntos para reparar el vínculo¸hacerlo mmás real y menos ideal.
Extractado de
Revista La Nación - Sergio Sinaí

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